— Menos mal que tenías estos hechizos en tu repertorio. No sabes el coñazo que ha sido la ida teniéndole que esperar que nos alcanzara cada minuto — le dijo Eleith a Zelakyr. — No hay de qué — contestó Zelakyr. — Aunque igual deberíamos bajarle ya. Ese guardia se está riendo de él. — Oh, no, todo lo contrario. Es su cara estándar, ya te acostumbrarás. La del guardia, digo. Bueno, tampoco es que cambie mucho la de Toriok… El caso es que cuando llegamos la primera vez a la ciudad nos pasó lo mismo al entrar. Eleith y Zelakyr fueron a mostrar su salvoconducto de entrada mientras se…
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La fiebre del sueño (II)
Llevaban algo más de una hora de camino sin haber encontrado nada todavía, pero parecía casi un siglo debido al ritmo que les obligaba a llevar el enano. — Que alguien me recuerde por qué no tenemos una montura, al menos para él, y así poder andar los demás a un ritmo normal — protestó Grim. — Porque somos pobres — contestó Trenton. — ¿Y Grim no podía conjurar un hechizo de velocidad sobre él? — preguntó Eleith. — Eh, que estas togas son de aprendiz, no de archimago — dijo Grim. — ¿Qué… estáis… discutiendo? —murmuró Toriok, mientras alcanzaba a sus compañeros con su trote gorrinero. — Que te…
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La fiebre del sueño (I)
Corriendo por las callejuelas de Luskan, esquivando a viandantes y puestos ambulantes, Eleith corría maldiciendo hacia El Eructo del Ogro, taberna donde había quedado con sus nuevos compañeros de armas. De nuevo llegaba tarde, y solo podía estar enfadada consigo misma, pero sería algo que resolvería más adelante. Finalmente atravesó la puerta de la taberna y bajó las escaleras de tres en tres mientras gritaba entre el gentío: — Lo siento, ya estoy aq… — la mesa que tenían reservada estaba vacía de par en par. “Estupendo”, pensó con una mezcla de ironía y alivio. Soltó su equipo en una esquina, pidió una cerveza y se dedicó a esperar. Tras quince…